La educación pública EN ROJO

"En su obsesión multisecular de fabricar el hombre nuevo, la izquierda ha convertido la educación pública en un sistema de adoctrinamiento para crear ciudadanos acríticos, dóciles y obedientes al poder político"

Julio Ariza (Periodista y político español)

 

 

Hace algunos días se hizo viral el reclamo indignado de una madre de familia quien denunció por redes sociales un vergonzoso e inaceptable material educativo que se estaba difundiendo a través del proyecto Tiempo para aprender, emitido vía Panamericana Televisión, producido por la Universidad San Martín de Porres (USMP), pero cuyo contenido se basaba en información entregada por el Ministerio de Educación (Minedu). El material en cuestión incluía a las claras un relato apologético de la barbarie y el terrorismo que azotó nuestro país en la década del ochenta y primeros años de los noventa, señalando entre otras cosas, que Abimael Guzmán, líder de Sendero Luminoso, fue un “guerrillero” que luchó por los pobres del Perú en contra de la opresión capitalista, llegando incluso a la ridiculez de compararlo con Robin Hood y Miguel de Cervantes. Como escribí en alguna columna anterior; en este país uno se puede morir de cualquier cosa menos de aburrimiento. Panamericana Televisión emitió un comunicado deslindando responsabilidad y dejando en claro su postura ante lo que ellos mismos llamaron “una época de terror y un nefasto episodio de nuestra historia”. La USMP hizo lo propio, manifestando su “total rechazo a las acciones terroristas de Sendero Luminoso” y su determinación de retirar inmediatamente el capítulo en mención. Pero, ¿y el Minedu?, hasta ahora no dice nada. ¿Será que fieles al mal ejemplo del Presidente Vizcarra se encontrarán pensando: “ya que estamos todos involucrados, la estrategia es salir todos juntos de esto”?

¿Quién está detrás de este tipo de “errores” y cuál es la intención de difundir estas sandeces entre la juventud peruana?, son algunas de las interrogantes que como ciudadanos responsables y comprometidos deberíamos plantearnos.

Decir error es justamente eso, solo un decir, porque personalmente los llamaría aberraciones intencionales. Y es que seamos sinceros; error es escribir verdad con B, colocar mal el apellido de un personaje histórico, o colocar fuera de lugar la leyenda de una fotografía. Este tipo de deslices,  aunque no debieran cometerse, pueden ser tolerables ya que son cuestiones de forma. El problema y lo delicado es cuando se trata del fondo de un asunto, y más aún cuando el “error” viene cargado de una evidente orientación política, que además es insultante e irrespetuosa con quienes fueron protagonistas y verdaderas víctimas del suceso, como es el caso del terrorismo de Sendero Luminoso.  Es notable e inequívoco que aquí la intención es la de desinformar y adoctrinar a los escolares con falacias y mentiras, cosa que por supuesto no se puede permitir.

Ya teníamos indicios de cuáles eran las inclinaciones ideológicas de quienes prestan asesoría en las diferentes carteras del Ejecutivo, sino recordemos la bochornosa imagen de altos mandos militares luciendo mandiles rosados, los links pornográficos de los textos del Minedu y la inclusión de la orientación sexual como una categoría de diversidad cultural en un decreto supremo del Ministerio de Cultura. La difusión de contenidos justificando los crímenes de Guzmán y sus secuaces va despejando las dudas de que estamos frente a un engranaje ideológico transversal digitado desde la comodidad dogmática de neomarxistas y rojizas ONGs, que ocultas tras la cortina de la llamada consultoría externa, y libres de toda responsabilidad, no tienen el más mínimo escrúpulo de envenenar la mente de niños y adolescentes.

Qué importante sería que el Congreso de la República cite al ministro de Educación para que pueda explicar qué fue lo que ocurrió, y que salgan los que tengan que salir. No se puede tener ninguna contemplación con este tipo de “equivocaciones”. Corren tiempos de estar muy alerta porque con el cuento de la pandemia y mientras se esmeran en tener al pueblo encerrado y asustado, hay personajes que vienen haciendo lo que les da la gana, con perdón de la expresión. Atentos!

 

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