CARTA A JOAQUÍN

Dibujo extraido de: http://jsjoaquinsabina.blogspot.com/2010/02/recorriendo-su-vida.html
Te debía estas líneas desde hace ya un buen tiempo, el mismo que vengo escribiendo todas esas cosas que dices que no entiendes y que no crees que sean ciertas. Me dijiste hace cinco años que ya me desconocías, que hasta te habías decepcionado de mí. Qué puedo decirte, Joaquín, tampoco fue que me hayas dado la oportunidad de explicártelo. Pero bueno, no tengo la intención de caer en dialécticas filosóficas o confesionales, y mucho menos me atrevería a decirte qué está bien o qué está mal; en el fondo sé que tú lo sabes. Además, y citándote: “con qué ley condenarte, si somos juez y parte todos de tus andanzas” ¿no?.  Y mucho menos yo, imagínate; yo que fui tan tú, y por tanto tiempo, además. Conozco tu cojera y la voz de tus silencios como si fueran míos, y es que los míos ya fueron tuyos y los cantaste muy bien por casi dos décadas. Sí pues, te debía estas líneas hace mucho, admirado Joaquín. Pero ya que hoy cumples 71 (que no es poca cosa), me embarco en la cariñosa tarea de hacerlo.


Escuché hace unos meses tu último disco LO NIEGO TODO con avidez y detenimiento (como antes), y te confieso que no me gusta para nada leerte y oírte hablar en pasado. Y aunque "celebras ser un sobreviviente", cuánto quisiera que estuvieras aquí, sentado frente a mí, y poder decirte que la vida es más que eso, entrañable amigo y compañero de tardes ámbar violeta y cafés amargos. Cómo quisiera decirte que no es verdad cuando dices que “te tocó bailar con la más fea”, Joaquín querido, fueron tus decisiones las que te concedieron esa pieza. Seamos honestos, te lo digo con cariño, eso también lo sabes.

 Digamos que es cierto aquello de que “el futuro es cada vez más breve y las resacas son cada vez más largas”, pero ¡vamos!, la vida es mucho más que un diluvio de pisco en Barranco junto a Alfredo Bryce. Por cierto, envíale mis saludos si lo ves. Con este bodrio del coronavirus, las cuarentenas y las restricciones a la libertad tampoco he podido ir a Lima y visitarlo como corresponde. Pero volviendo a lo nuestro, Joaquín; te decía que la vida es mucho más que una sucesión de soles que entran y salen con mucha pena y poca gloria. Hoy es un nuevo día, hoy cumples sesentayonce querido flaco, y nunca es tarde para buscar ese “algo más” del que necesito hablarte. Y aunque te respete como a nadie por tu vena de cantautor, y aunque estás a kilómetros luz de la prosa de éste, tu servidor, creo que aún hay un par de cosas que guardo en la chistera de mi corazón que podría mostrarte.

 Sí mi amigo, cómo quisiera que sepas que hay un caleidoscopio diferente a todos los que has conocido hasta hoy. Sé que “México te atormenta y Buenos Aires te mata” y que a mucha honra “eres de armas tomar sin chaleco antibalas”. Sé también que niegas ser el Dylan español, y si acaso el Cohen andaluz (eso te gustaría más, no lo niegues).

 En lo que también estoy de acuerdo contigo es que “el corazón no debe pasarse de moda” y “que las mentiras parezcan mentiras”. Tú sabes, vivimos tiempos en que la verdad ha quedado relegada a lo que a cada quien se le antoja, y pues, así no se puede. Pero lo que definitivamente firmo como si fuera mío, es aquello de que. “que los que matan se mueran de miedo”. Lo firmo y me quito el sombrero; te quedó de lujo ese verso.


Aprendí mucho de ti, y contigo, no puedo negarlo. Fuiste lo más cercano a un ídolo que tuve en la vida. Hoy eso se fue, pero queda la amistad, eso siempre. Sé lo suficiente, y créeme, te entiendo. Pero oye, aun así, Joaquín, no todos son “besos con sal” y creo que ya podrías haberte mudado de “calle melancolía”. No todo se puede medir o encuadrar en los atrevidos, pero débiles decretos de la “diosa razón”. Tú mejor que yo, conoces las falacias que esconden debajo de su falda. Hay algo más, confía en mí. Lo sé porque hace algún tiempo (sí, los mismos cinco años que no te escribo) lo pude conocer. Lo sabía de oídas, pero ahora mis ojos lo ven. De eso es de lo que quiero hablarte en realidad.

 En serio Joaquín, han sido muchos años en los que me has acompañado, permíteme ahora acompañarte yo a ti. Hay algo muy urgente que te quiero decir. Hay alguien que me gustaría que conozcas. Te paso mi número (ínbox); conversemos.

 Se te quiere mucho por aquí, que pases un feliz cumpleaños

 Tu amigo

 Enrique.

P.D.   El tiempo no pasa en vano, yo también ya estoy “tan joven y tan viejo, like a  rolling Stone”

Escrito por: www.facebook.com/joseenrique.acostabasurco



Comentarios

Translate

Entradas populares

Comunícate en Tiempo Real - Dar click a imagen de WhatsApp

Comunícate en Tiempo Real - Dar click a imagen de WhatsApp
Más detalle de Nosotros

Síguenos en Facebook

TaKana Social Media MarKeting